Latigazo es un argot para referirse a la aceleración-deceleración cervical o ADC. Existen mucho hechos y mitos alrededor del latigazo cervical, veamos algunos hechos.
1. El origen de la ADC. La historia sobre la ADC se remonta a una época anterior a la invención del automóvil. El primer caso de dolor severo en el cuello apareció por un choque de trenes cerca del año 1919 y fue una condición llamada originalmente “columna de pasajeros de tren”. El número de lesiones por latigazo aumentó significativamente tras la invención del automóvil por los choques por la parte posterior.
2. Sinónimos de latigazo cervical. Como se mencionó anteriormente, el término “aceleración-deceleración cervical” o ADC, es un título popular pues explica el mecanismo de la lesión, donde el cuello es inicialmente doblado hacia atrás mientras el carro se impulsa al frente, en un típico choque trasero. Una vez que los tejidos se estiran lo suficiente en la parte frontal del cuello, la cabeza y cuello se impulsan al frente rápidamente por un efecto de rebote, lanzando la mandíbula hacia el pecho. Otro término para el latigazo cervical es SLC o síndrome de latigazo cervical. En 1995, la “Quebec Task Force” categorizó las lesiones por latigazo por el grado de daño a los tejidos. Aquí, SLC de grado I representa pacientes con síntomas/dolores pero con un rango normal de movimiento y sin hallazgos objetivos como espasmos musculares. El tipo II incluye lesiones en el tejido blando que limita el movimiento del cuello y se presentan espasmos musculares pero no hay pérdida neurológica (sensación o fuerza en los musculos). SLC de tipo III incluye todo lo del tipo II más pérdida neurológica, y el tipo IV ya involucra fracturas en la columna.
3. Datos sobre el respaldo para la cabeza: Antes de la invención del respaldo para la cabeza o reposacabezas, las lesiones por latigazo eran mucho más comunes y de mayor gravedad, esto debido a que la cabeza era impulsada como un “látigo”. Sin embargo, en la actualidad los reposacabezas no suelen estar ajustados adecuadamente; están ya sea demasiado bajos y/o demasiado lejos de la cabeza, y si el asiento está reclinado, esto separa todavía más la cabeza del reposacabezas. La posición apropiada debería ser cerca del centro de gravedad de la cabeza, o alrededor de 9 cm (3.5 in) por debajo de la parte más alta de la misma, o por lo menos, a la altura de los oídos. Igualmente importante, es que debe estar tan cerca de la cabeza como sea posible. Cuando la distancia alcanza las 4 pulgadas de separación, hay un mayor riesgo de lesión, especialmente si además está colocado muy abajo. Cuando el reposacabezas está posicionado de forma adecuada, la probabilidad de una lesión disminuye hasta en un 35% durante un choque con impacto trasero.
4. El ángulo del asiento. El grado de inclinación del asiento también puede contribuir a una lesión en la columna cervical. Como se dijo anteriormente, cuando el asiento está reclinado, la distancia entre la cabeza y el reposacabezas aumenta, incrementando la probabilidad de lesión. Un segundo efecto negativo es llamado “efecto rampa”, aquí, el cuerpo se desliza sobre el asiento ocasionando que la cabeza se vaya por encima del reposacabezas. El grado de “elasticidad” del asiento también contribuye al efecto de rebote del torso durante un proceso de ADC.
5. Conmoción cerebral: La noción de que la cabeza tiene que golpear algo para que ocurra una conmoción cerebral no es correcta. Además, la idea de que debe haber pérdida de consciencia también es falsa. El simple movimiento rápido hacia el frente y hacia atrás es suficiente fuerte para que le cerebro (que está suspendido por ligamentos) literalmente se estrelle contra las paredes internas del cráneo provocando una lesión. Los síntomas asociados a una conmoción cerebral son conocidos como síndrome pos conmoción o, trauma cerebral leve.