Las lesiones por latigazo ocurren como resultado de una aceleración repentina seguida de una deceleración, y el grado de la lesión depende de muchos factores. Algunos de ellos son: El tamaño del vehículo, las condiciones del camino, el ángulo del asiento, la “elasticidad” del asiento, la posición del reposacabezas, el tamaño del cuello del paciente, la posición del cuello y la cabeza del paciente al momento del impacto, si sabía que una colisión era inminente, etc. Por lo tanto, cada caso debe ser evaluado y administrado mediante un enfoque único y personalizado.

El enfoque quiropráctico comienza con la historia clínica y la examinación. Aquí, el doctor te preguntará varias cosas y realizará pruebas que le darán pistas para entender el mecanismo de la lesión, identificar los principales tejidos lesionados, y determinar el mejor método de tratamiento a utilizar.

Hay muchos diferentes tipos de enfoques de tratamiento quiropráctico disponibles para los pacientes con lesiones por latigazo. Por ejemplo, la terapia manual incluye manipulación de la columna, movilización, tracción manual, relajación y/o estimulación del músculo; la evaluación de la capacidad física del paciente con emisión de ejercicios específicos y consideraciones de como modificar el ambiente laboral, y/o el estilo de vida para evitar problemas. La manipulación quiropráctica es un enfoque muy común utilizado en el tratamiento de la disfunción articular. Es decir, para restaurar el movimiento normal de las articulaciones afectadas de forma negativa por el latigazo cervical. Los términos tales como, “bloqueado”, “arreglado”, “subluxación” y similares suelen utilizarse para describir la posición o función alterada de la articulación. Típicamente, la manipulación (también llamado “ajuste”) se aplica perfectamente dentro del rango normal de movimiento de la articulación usando un “movimiento rápido” en una distancia corta en el sentido que intenta corregir la disfunción articular. Ya que el procedimiento es rápido y de corta distancia, los pacientes frecuentemente dicen, “¡se siente genial!” De hecho, si la posición antes del ajuste del paciente duele o le molesta, un quiropráctico usará un movimiento lento y movilizador en su lugar.

Las estrategias de ejercicio son importantes y empleadas típicamente tan pronto como sea posible. El tipo de ejercicio es (de nuevo) dependiente de cada caso, pero en general, los ejercicios se prescriben inicialmente de manera que restauren el movimiento con la menor molestia posible. El objetivo de incrementar el rango de movimiento, fortalecer la región lesionada con ejercicios de estabilización, y restaurar la actividad sensorio motriz a los músculos se convierte en el enfoque principal en el manejo del paciente lesionado. Cuando los discos intervertebrales están “fuera de su lugar” o alterados, las direcciones que minimizan el dolor irradiado son enfatizadas durante los ejercicios. Después de una cuidadosa formación en ejercicio, el paciente es instruido para realizar ejercicios en casa, con frecuencia varias veces al día, para la estabilidad de la columna y para restablecer el control y movimiento motor. Modificaciones ergonómicas y al estilo de vida diario se enfocan con frecuencia en evitar la posibilidad de que se irrite regularmente el área afectada, lo que interfiere con el proceso de curación.  Si un paciente sobre trabaja su lesión en el ambiente laboral, las modificaciones pertinentes pueden ser determinantes en el éxito del programa de manejo de la lesión.