El latigazo cervical (o SLC – Síndrome del latigazo cervical) puede definirse como un movimiento súbito de la cabeza y el cuello fuera del rango normal de movimiento, que ocasiona dolor y rigidez en el cuello, y en algunas ocasiones, entumecimiento y hormigueo en brazos y manos. El pronóstico de una enfermedad, es un término asociado con los resultados esperados de una condición a través del paso del tiempo, ya sea con o sin tratamiento. Se considera que una condición es “estable” cuando los síntomas no varían ni se espera que tengan un cambio significativo entre los siguientes meses y un año. En general, la recuperación va en función de la severidad de la lesión; usualmente, las lesiones menores de esguince cervical se resuelven en una o dos semanas aproximadamente, las lesiones medias en cuatro a ocho semanas y las consideradas severas, pueden incluso no tener una “resolución” completa. Las lesiones severas, pueden conllevar a una condición crónica, que a su vez pueden terminar en una reducción o pérdida permanente de ciertas funciones. Es este tipo de lesiones hay “factores de riesgo” que pueden resultar en una recuperación prologada o parcial independientemente del grado de la lesión, lo que vuelve el pronóstico de un caso de latigazo cervical en una actividad retadora. ¡Veamos más de cerca!

Se han publicado diversos estudios sobre el pronóstico a largo plazo de una lesión por latigazo cervical usando diferentes enfoques. Por ejemplo, un estudio reportó que en base a la reducción del rango de movimiento cervical se pudo predecir aquellos pacientes que eran menos propensos a tener una recuperación completa después de un año. Otro estudio, dividió a los pacientes con síndrome de latigazo cervical severo en 7 niveles de riesgo usando como principal medio de medición la incapacidad laboral (el número de días laborales que perdieron en un año). En este estudio la edad de los afectados comprendía de 18 a 70 años y las lesiones iban de un SLC de grado 1 a 3 (SLC de 1er grado = Dolor sin pérdida de movimiento, inflamación como principal síntoma; SLC de 2do grado = Pérdida de movimiento y dolor/rigidez muscular; SCL de 3er grado = Mismos síntomas que un SLC de 2do grado, pero CON PROBLEMAS neurológicos como entumecimiento o debilidad en brazos por daño a los nervios). El estudio evaluó a un total de 483 mujeres y 250 hombres en los primeros 10 días posteriores al accidente. Al final de un año, 605 participantes completaron el estudio y se les otorgó una “calificación de riesgo” basada en: a) La intensidad inicial del dolor de cuello o cabeza; b) el número de molestias que no presentan dolor; y c) el rango de movimiento cervical que eran capaces de alcanzar. Cuando los investigadores compararon la calificación de riesgo de los pacientes al cumplir un año de verse afectados en el trabajo (número de días enfermos), encontraron una correlación directa entre calificaciones bajas y menor incapacidad laboral y calificaciones altas y mayor incapacidad laboral. Los investigadores concluyeron que ésta podría ser una herramienta valiosa para evaluar la capacidad del paciente para volver al trabajo después del SCL.

Adicionalmente, vale la pena señalar que varios estudios han encontrado que no hay relación directa entre la cantidad de daño que sufre el vehículo y el riesgo del paciente a tener un resultado adverso.

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