El mes pasado, hablamos sobre los mitos más comunes de las lesiones por latigazo y este mes continuaremos por ese camino. Recuerda, la cantidad de lesión que ocurre en una lesión por aceleración/deceleración depende de varios factores, algunos de los cuales incluyen el género (mujeres>hombres), tipo de cuerpo (alto y delgado = peor), la cantidad de daño al vehículo (algunas veces poco es malo ya que la energía del golpe no es absorbida por el crujir de los metales), la posición de la cabeza al momento del impacto (a un costado es peor que estar viendo al frente), y más. Por lo tanto, cada caso DEBE ser examinado individualmente, no sólo analizado con base en una formula o la reconstrucción del accidente.

Mito #5: DEBE HACER CONTACTO DIRECTO CON EL CUELLO PARA QUE PUEDA OCURRIR UNA LESIÓN. Una lesión en el cuello se ocasiona comúnmente por el movimiento rápido y descontrolado de la cabeza durante el proceso de “latigazo”, obligando al cuello a moverse más allá de su rango normal de movimiento en dirección frontal/posterior (si es una colisión frontal o posterior) o en ángulo, si tenías la cabeza inclinada o la estabas girando al momento del impacto. Cuando esto sucede, los ligamentos que mantienen los huesos juntos se estiran y se rompen de una forma leve, moderada o severa, dependiendo de la cantidad de fuerza. Una vez estirado, el aumento de movimiento entre las vértebras afectadas ocasiona que los ligamentos, cuando se estiran, no regresen a su longitud original y, al igual que un severo esguince de tobillo, puede haber problemas adicionales en el futuro. Este exceso de movimiento entre las vértebras puede llevar a un tipo de artritis acelerada, y a menudo aparece en un lapso de 5 años posterior a un esguince cervical o una lesión por latigazo.

Mito #6: LOS CINTURONES DE SEGURIDAD EVITAN LESIONES POR LATIGAZO. Es seguro decir que el uso del cinturón de seguridad salva vidas y que es la ley -por lo tanto, ¡USA TU CINTURÓN DE SEGURIDAD! Los cinturones de seguridad nos protegen de golpearnos contra el parabrisas o peor, de salir disparados del vehículo. Pero, en cuanto a prevenir un latigazo cervical, en algunos casos (como colisiones a baja velocidad donde la mayor parte de la fuerza se transfiere a los pasajeros), puede ser todo lo contrario. (¡Esto no es excusa para no usar cinturón de seguridad!) La razón por la que los cinturones de seguridad pueden favorecer el mecanismo de lesión es porque cuando el pecho o tronco se sujeta firmemente contra el asiento del carro, la cabeza realiza un arco más pronunciado del que haría si el tronco estuviese libre, forzando a la mandíbula a moverse hacia el pecho y/o a la parte posterior de la cabeza a impulsarse más hacia atrás.

La mejor manera de minimizar la lesión por latigazo es tener un bien diseñado sistema de cinturón de seguridad donde la altura del arnés del pecho pueda ser ajustado a la altura del conductor para que la restricción del pecho no llegue a tocar la parte superior del pecho o el cuello.   Mueve el ajuste lateral para que el cinturón pectoral cruce entre los pechos (esto también reduce el riesgo de lesión a los senos) y se limite a o cerca de la altura del hombro (no muy arriba). Otra manera de prevenir la lesión por latigazo es posicionar el reposacabezas suficientemente alto (típicamente por encima del oído) y cerca de la cabeza (a no más de .5 a 1 pulgada) para que el reposacabezas detenga el movimiento hacia atrás durante el “latigazo”. Además, mantén el asiento más vertical que reclinado para que el cuerpo no se deslice hacia arriba disparando la cabeza por encima del reposacabezas.